Noche caliente por Colegiales. Desde temprano la Marea de gente merodeaba los alrededores de The Roxy a la espera de una fiesta con aires rosarinos, donde Cielo Razzo haría su segunda presentación en su regreso a Buenos Aires. Noche en la que aprovechó para celebrar su independencia y la inmediata llegada del “cuarto hijo” que saldrá en Diciembre.Los rosarinos hace rato que se ganaron un puesto grande en el mundo del rock, y lo demostraron en un show en el que le pusieron mas distorsión de lo habitual para ponerle más picante y potencia a una excelente banda. El público, agradecido.
A amenizar la espera
Como ya es costumbre, una banda rosarina hizo de telonera. Esta vez le toco a Moterfuker, con sonido aparentado al new metal, que hizo levantar a más de uno. Propuesta interesante para la previa, la que cerraron regalando un cd como “souvenir”.
Vamos, vamos, vamos Cielo Razzo…
Se sabía, la cita era puntual, por eso no tardó la arenga de la gente que al grito de “nena, nadar nena nadar” fue calentando las gargantas a capella con uno de los primeros temas de la banda. Ese canto que anima a los músicos a salir del escenario y que cada vez sonaba más fuerte. Como sí el rugir de las gargantas hiciera que el telón se abriera.
A la cancha…
Sin hacerse esperar mucho, la banda salió a escena. Pablo Pino tocando una guitarra azul fue el primero en mostrase. Ya la gente se hacía notar por el agite, y más explotó cuando se escucharon los primeros acordes de “Puta”, primer tema para abrir una noche que ya se presagiaba como grandiosa. “Otoño blanco” y “Alma en tregua” le siguieron. Apenas tres temas y de entre la gente salían cuerpos exhaustos buscando un respiro.
Cuanto agite…
Párrafo aparte para el agite de la gente, desde el escenario se ofrecía un show potente, algo más distorsionado y potente que lo habitual. Lo que hacía que el público tuviera poco respiro, pero respondió acorde a la fiesta.
A surgir temprano de las olas que desarman tu ilusión…
“Luminoso” marcó uno de los momentos más memorables de la noche. The Roxy vibró ante el canto de Pablo y el pulso de la bateria de Javier Robledo. “No hay nada...más liviano que el surgir temprano de las olas que desarman tu ilusión” se cantó con emoción. Es uno de los temas insignia de los rosarinos.
Tres agradecidos…y alunados.
“¿Quién baja la pala?”, “Chapa y Bandera”y “Por llegar” terminaron de confirmar la comunión que existe entre la banda y su gente, cuando Pablo invitó a subir a tres chicos al escenario para que puedan ver el show desde arriba. Un regalo que estos chicos no se olvidaran fácilmente. “Luna” hizo que The Roxy llegará a su punto más alto, y “Mi refugio” fue el elegido para empezar a despedirse… de a uno. Se venian los bises.
Cuarto hijo y final…
La banda se mostraba feliz en el escenario, libres. Estaban celebrando la independencia de la firma que los había contratado. “Queremos contarle que ya no pertenecemos a ninguna compañía, y que en diciembre estará saliendo el cuarto hijo de la banda, esta vez de manera independiente, haremos todo lo posible por lograr que el disco llegue a todos ustedes” contó Pablo para ir dándole un cierre definitivo a una dominguera noche muy rockera en The Roxy que llegó de la mano de “Carne”.
A amenizar la espera
Como ya es costumbre, una banda rosarina hizo de telonera. Esta vez le toco a Moterfuker, con sonido aparentado al new metal, que hizo levantar a más de uno. Propuesta interesante para la previa, la que cerraron regalando un cd como “souvenir”.
Se sabía, la cita era puntual, por eso no tardó la arenga de la gente que al grito de “nena, nadar nena nadar” fue calentando las gargantas a capella con uno de los primeros temas de la banda. Ese canto que anima a los músicos a salir del escenario y que cada vez sonaba más fuerte. Como sí el rugir de las gargantas hiciera que el telón se abriera.
A la cancha…
Sin hacerse esperar mucho, la banda salió a escena. Pablo Pino tocando una guitarra azul fue el primero en mostrase. Ya la gente se hacía notar por el agite, y más explotó cuando se escucharon los primeros acordes de “Puta”, primer tema para abrir una noche que ya se presagiaba como grandiosa. “Otoño blanco” y “Alma en tregua” le siguieron. Apenas tres temas y de entre la gente salían cuerpos exhaustos buscando un respiro.
Cuanto agite…
Párrafo aparte para el agite de la gente, desde el escenario se ofrecía un show potente, algo más distorsionado y potente que lo habitual. Lo que hacía que el público tuviera poco respiro, pero respondió acorde a la fiesta.
A surgir temprano de las olas que desarman tu ilusión…
“Luminoso” marcó uno de los momentos más memorables de la noche. The Roxy vibró ante el canto de Pablo y el pulso de la bateria de Javier Robledo. “No hay nada...más liviano que el surgir temprano de las olas que desarman tu ilusión” se cantó con emoción. Es uno de los temas insignia de los rosarinos.
Tres agradecidos…y alunados.
“¿Quién baja la pala?”, “Chapa y Bandera”y “Por llegar” terminaron de confirmar la comunión que existe entre la banda y su gente, cuando Pablo invitó a subir a tres chicos al escenario para que puedan ver el show desde arriba. Un regalo que estos chicos no se olvidaran fácilmente. “Luna” hizo que The Roxy llegará a su punto más alto, y “Mi refugio” fue el elegido para empezar a despedirse… de a uno. Se venian los bises.
Cuarto hijo y final…
La banda se mostraba feliz en el escenario, libres. Estaban celebrando la independencia de la firma que los había contratado. “Queremos contarle que ya no pertenecemos a ninguna compañía, y que en diciembre estará saliendo el cuarto hijo de la banda, esta vez de manera independiente, haremos todo lo posible por lograr que el disco llegue a todos ustedes” contó Pablo para ir dándole un cierre definitivo a una dominguera noche muy rockera en The Roxy que llegó de la mano de “Carne”.
